Políticos y gobernantes en shock; pierden ventaja ante el dinamismo de la comunicación actual

Ante la velocidad que la tecnología ha impuesto a las variables de comunicación e información en el mundo, los promotores tradicionales de contenidos llámese empresas, gobiernos, organizaciones, instituciones, etcétera, parece que se mantienen en shock y se muestran lentos ante las ventanas de oportunidades que se abren cotidianamente para contactar e interactuar con mercados y públicos que, casi de manera natural, imprimen ritmo y avance a la comunicación y la cultura de hoy.
Y es que abrumados por la sorpresa de que en el nuevo siglo los públicos son muy activos, ahora políticos, gobernantes, empresarios, comunicadores, publicistas, periodistas, propagandistas, promotores y difusores de todo tipo, parecen estar buscando cómo integrarse, por ejemplo, a las redes sociales como una forma de continuar participando en la preferencia o influencia sobre los públicos que se muestran distantes y cada vez más difíciles de persuadir y convencer para comprar, recomendar, votar o actuar a favor o en contra de alguna actividad, producto, servicio o idea.
En política y gobierno, apenas hace tres años que líderes de algunos países decidieron utilizar las nuevas plataformas de internet y adoptar mezclas mediáticas diferentes a las tradicionales para tratar de mantener la atención en sus perfiles, ideas, agendas políticas y programas de gobierno.
Hoy, aproximadamente, sólo 26 jefes de estado, primeros ministros o presidentes, por ejemplo, han decidido utilizar Twitter para establecer contacto e interactuar con ciudadanos de sus países o de otras regiones.
El primer político que utilizó el microblogging es Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, quien abrió su cuenta marzo de 2007; lo siguió Stephen Harper, primer ministro de Canadá, desde julio de 2007, y casi un año después, varios políticos se sumaron para aprovechar el potencial de las nuevas herramientas de la comunicación.
Desde 2008,  twitean Sebastián Piñera, presidente de Chile; Gordon Brown, primer ministro del Reino Unido; Hajib bin Tun Haji Abdul Razak, primer ministro de Malasia; Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel; Kevin Rudd, primer ministro de Australia; y John Key, primer ministro de Nueva Zelanda.
A partir de 2009, se sumaron al universo twitter: Gloria Arroyo, presidenta de Filipinas; Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica; Jens Stoltenberg, primer ministro de Noruega; Liech Kaczyski, presidente de Polonia; Lars Lokke Rasmussen, primer ministro de Dinamarca; Barham Salih, primer ministro de Kurdistan; Rania AlAbdulah, reina de Jordania; Felipe Calderón, presidente de México; Paul Kagame, presidente de Rwanda; el Gobierno de la República de Corea del Sur; Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos; Valdis Dombrovskis, primer ministro de Latvia; Álvaro Uribe, presidente de Colombia; Donald Tusk, primer ministro de Polonia; Tayyip Erdogan, primer ministro de Turquía; Yukio Hatoyama, primer ministro de Japón. Y este año 2010, se sumaron Hugo Chávez, presidente  de Venezuela; y Dmitry Medvedev, presidente de Rusia.
Sólo 26 líderes de igual número de países se han percatado de la utilidad de su presencia en microblogging que hoy tiene más de 105 mil millones de usuarios y casi 3 billones de seguidores. El resto, 172 presidentes, primeros ministros o monarcas de otros países, permanecen fuera de este universo virtual de opinión y experiencias humanas.
En México, por ejemplo, se calcula que hay más de 30.6 millones de internautas y su actividad principal es enviar o recibir un correo electrónico, mientras que la participación en redes sociales alcanza a 9 millones 300 mil cibernautas mexicanos. Ante esta realidad, los estrategas de la comunicación gubernamental impulsaron la presencia del presidente Felipe Calderón Hinojosa en el Twitter, pero olvidan que no basta con tener una cuenta y lanzar uno que otro mensaje de vez en cuando para aprovechar el potencial del microblogging.
Debieran ahora reflexionar sobre la necesidad de ofrecer un mejor perfil del gobernante e ir más allá de informar fechas de sus giras; hay que mostrar qué piensa y siente el presidente, qué quiere y pide de los demás y hacer todo ello de manera permanente para lograr que el contacto con los twiteros rinda frutos y contribuya a mejorar la opinión del personaje, su gobierno y los programas que impulsa.
Es necesario que los estrategas consideren que mientras los principales diarios llamados de circulación nacional cuentan con un tiraje de 300 o 400 mil ejemplares los de mayor presencia, aproximadamente 11 millones 100 mil internautas mexicanos se informan de las noticias a través de los portales de los propios periódicos con mayor credibilidad en el país.
Más de tres horas al día en promedio, los 30 millones de internautas están conectados a la red y aunque se dice que internet puede incrementar el alcance de los medios de comunicación hasta en un 27% en la población total, en realidad un cambio de perspectiva en la manera de comunicar y el diseño de nuevas mezclas mediáticas basadas en el modelo Media Virus 3.0, permitiría a políticos y gobernantes adoptar un rol más exitoso para sus fines en la comunicación actual.
Twitter, Facebook, Plurk, Linkedln, Brightkite, entre otros, más la inversión racional en medios clásicos y estrategias del nuevo siglo, darían mejores resultados en comunicación que seguir pensando en la contratación de un anuncio de alto costo en horario triple AAA del canal con más audiencia de la televisión, que en México, alcanza sólo una audiencia aproximada de 3 millones de personas.
El poder real de las redes sociales debe ser aprovechado con inteligencia y no por rutinas o modas para dar un rostro al gobierno, expresar opiniones políticas y programas. Es hora que de pasen políticos y gobernantes del shock a la acción inteligente porque los ciudadanos ahora no sólo piden que se les informe, sino también ser escuchados y atendidos mediante una interacción constante que permita observar que se funciona como sociedad y país.
Los líderes que no sean capaces de comprender el dinamismo de la sociedad contemporánea y las ventajas tecnológicas para hacer política y gobernar con apoyo en las nuevas formas de comunicar, serán rebasados por la realidad que hoy exige de nuevos enfoques y mayor efectividad de la acción política y gubernamental, entre otras.

Fuentes de información:
·         http://news.netcraft.com/
·         Digitaldaya, Real Leaders Tweet. How heads of state are engaging their citizens on the World Wide Web, 2010. www.digitaldaya.com.
·         Estudio de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) 2009, sobre los hábitos de los usuarios de internet en Mèxico, publicado en mayo de 2010. 

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