¿Te interesa el vegetarianismo? ¡Hay una red social para ti!
POR HUGO MORENO
Millones de personas en el mundo
han adoptado como forma de vida el vegetarianismo, pero, en muchas ocasiones,
iniciarse y mantenerse dentro de él se complica por razones familiares o
sociales que tienden a aislar de alguna manera a quienes deciden tomar este
camino, ya que los vegetarianos son minoritarios, pues se calcula que aproximadamente
hay menos del 7% de la población del planeta tiene esa condición, frente al 93%
de las demás personas que consumen productos derivados de los animales.
Lo anterior ha propiciado que el
contacto entre grandes grupos de vegetarianos se dificulte y, en
ocasiones, quienes lo son, se sientan
solos o, quienes desean serlo, no saben cómo o por dónde empezar, pero parece
que este situación está por llegar a su fin porque ahora también hay una red
social donde una comunidad digital de cerca de 2 mil personas se han unido para
ayudarse, apoyarse y convocar a todas los interesados en el vegetarianismo.
En la Red Social Vegetariana, fundada en
Estados Unidos en el 2011, los usuarios resuelven sus dudas acerca de cómo
alimentarse, expresar su amor por los animales y la naturaleza o el deseo de
mejorar la salud de múltiples maneras, ya que la plataforma posibilita ver y
agregar fotos, videos, música, eventos, boletines, archivos, unirse a grupos,
crear un blog, publicar mensajes, hacer peticiones o recibir notificaciones,
ver los perfiles de los demás y comentar o contactar por mensajes, mediante
chat o videoconferencia, así como seguir o ser seguido por los demás.
Hay que recordar que el vegetarianismo
más allá de un régimen alimenticio es una actitud y estilo de vida y hay
diferentes tipos de prácticas que por lo general se clasifican en Ovo-lacto y
Lacto, ya que los vegetarianos pueden o no tratar de minimizar el consumo de
productos animales. En la Red Social Vegetariana se reúnen y forman
parte de la comunidad toda clase de personas que llevan este estilo de vida.
Ahí los usuarios tienen acceso a
una tienda virtual en la que pueden adquirir discos compactos con la
particularidad de que contienen música con “mensaje subliminal vegetariano
positivo”, según se afirma en el exhibidor virtual de la red, “ideal para dejar
definitivamente la carne o para que tu familia respete tu dieta”.
Asimismo, están disponibles una
revista, foros, videos, eventos o la participación en grupos. Por ejemplo, los
foros son de múltiples temas que inician los propios usuarios para enriquecer
contenidos y discusiones que están agrupadas en 6 tópicos: preguntas e
inquietudes, miscelánea, mascotas, ecología, dietas y vegetarianismo en los
niños.
En la revista, el usuario no sólo
se limita a leer contenidos como recetas, artículos de defensa a los animales, la
ecología, salud, nutrición, entre otros; también puede publicar sus propias
aportaciones sobre los temas de su interés dentro del campo vegetariano.
Numerosos videos también están
disponibles y clasificados para facilitar su uso, ya sea individual, o dentro
de los 32 grupos o comunidades de vegetarianos donde los miembros comparten
contenidos y son premiados por su participación con distinciones.
El sitio de la Red Social Vegetariana es de uso fácil y
no es extraño que su crecimiento se acelere en la medida que más personas
interesadas en el vegetarianismo se enteren y se sumen a las comunidades tras
descubrir toda la información y relaciones que pueden desarrollar en dicha
plataforma.
Y es que vale insistir que las redes sociales son un sistema
facilitador de las relaciones entre todo tipo de personas para crear comunidades
con la característica de inclusión de cualquier interesado en ellas y,
minoritarios o no, los vegetarianos hoy cuentan con un espacio virtual en el
cual además de conocerse y encontrarse, ejercerán sus estilos de vida con más
información y herramientas que, sin duda, en ninguna otra época han tenido
desde que allá por el siglo 6 a.C., fecha en que se comenzó a saber de su
existencia.*
*Spencer,
Colin. The Heretic´s Feast: A History of
Vegetarianism. Fourth Estate Classic House, pp. 33-68, 69-86
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